Las proteínas cumplen numerosas funciones dedicadas a satisfacer una u otra necesidad fisiológica de nuestro organismo.
Por definición, las proteínas están formadas por aminoácidos y son capaces de aportar hasta un 95% de las necesidades de nitrógeno necesarias para nuestra salud. Así mismo, algunos de sus componentes resultan esenciales ya que nuestro organismo no puede crearlos y necesita ingerirlos a partir de la dieta.
Entre sus funciones destacamos la restitución de proteínas corporales, que ya han realizado su trabajo y deben ser regeneradas por otras nuevas para seguir cumpliendo su función adecuada.
Por otro lado, hemos de saber que otra de las funciones de las proteínas es formar parte de nuestras secreciones como la orina o el sudor, desempeñando también un papel fundamental en la defensa contra enfermedades, actuando como anticuerpos del sistema inmunitario.
Así mismo, también intervienen en mantener de forma correcta los procesos de coagulación, controlar la función metabólica y hormonal, y una de sus tareas más desempeñadas en la actualidad, es la de producir energía.
Las proteínas rinden al metabolizarse una cantidad de energía similar a los hidratos de carbono (alrededor de 4 kcal/g). Sin embargo, de forma contraria a lo que muchos pueden pensar, no es conveniente utilizarlas como fuente energética porque su asimilación conlleva un gasto extra de depuración por parte de órganos como el riñón o el hígado, que deben encargarse de eliminar el amoniaco residual procedente del nitrógeno del que hablábamos anteriormente. En concreto, se recomienda que las proteínas aporten no más del 15% de toda la energía de la dieta.
Hay que tener en cuenta también, que su potencial de asimilación va a depender del origen de la proteína. Es decir, las frutas y verduras a pesar de contar con ella entre sus ingredientes, poseen una proteína de baja calidad en relación a las carnes, pescados, huevos y lácteos.
Entonces, ¿qué puede convenirnos para alimentarnos en base a platos energéticos y saludables? Productos como las croquetas caseras o la merluza empanada son capaces de combinar los hidratos de carbono, lípidos y proteínas al mismo tiempo, consiguiendo un perfil calórico ideal para disfrutar de un plato muy rico y saludable.
Y recuerda siempre, que la combinación de todos los grupos básicos de los alimentos es fundamental para mejorar la riqueza de la cocina de nuestro hogar.
¿Conocías todas estas funciones de las proteínas?