Siguiendo con nuestro anterior artículo, la mejor forma de guardar los alimentos, ya te comentamos en otra ocasión que alimentos estarían mucho mejor en una despensa, o en un mueble lejos de la luz del sol, que en el frigorífico, además de que te ocuparán menos espacio en un mueble.
Hoy nos gustaría comentarte algunos aspectos sobre los alimentos en el frigorífico para que obtengas los mejores resultados y, de esa forma, los alimentos siempre estén lo mejor posible para su máximo beneficio.
– Carnes. Las carnes tienen un periodo máximo de conservaciones que va a depender de la carne que sea y el corte de la pieza. Si es una pieza entera su conservaciones es más fácil porque apenas le daña el aire; en cambio, en los filetes o la carne picada es mayor la superficie y se dañan más fácilmente. Lo mejor es guardarla en la parte más fría del congelador y no más de 4 días. Si puede ser, mejor colocarla en un recipiente con una rejilla para que, la sangre que suelte, no esté en contacto con la carne.
– Pescados y mariscos. Son los que más pronto hay que consumir, como máximo 2 días para el pescado y uno solo para el marisco. Has de colocarlo limpio y aislado de otros alimentos para que el olor que desprende no se adhiera a los otros alimentos.
– Huevos. En realidad los huevos podrías tenerlos en la despensa porque no necesitan del frío, lo único que hace éste es aumentar la vida útil y, si fuera del frigorífico duran unas semanas, en el frigorífico pueden ser meses. Eso sí, en verano se aconseja que estén en el frigorífico para evitar las salmonellas. A la hora de conservarlo, siempre con la punta hacia abajo.
– Quesos. Los quesos es mejor guardarlos con un papel envuelto para evitar que se reseque. También puedes guardarlos en un recipiente de plástico pero que no sea hermético.
– Verduras y frutas. En este caso pueden estar en la parte menos fría del frigorífico si te gustan frías. Si no, y las consumes pronto, podrían estar fuera aunque ten en cuenta que madurarán antes y, en la época de verano, casi en el mismo día.
– Fiambres, anchoas en aceite, patés, jamón cocido, etc. Todo esto ha de guardarse siempre en el frigorífico ya que, de lo contrario, pueden ser malos para el organismo.
– Alimentos precocinados. Los alimentos precocinados han de conservarse en frío siempre y además consumirse en un corto periodo para, de esa manera, conseguir que sepan bien ya que, de lo contrario, pueden sentarte mal.
Esperamos que estos consejos sean útiles para tu día a día en la cocina y si te ha gustado el artículo nos encantaría que lo compartas con tus amigos. Gracias